Las reglas de oro de la esclavitud

El bondage es atrevido, pero eso no significa que tenga que ser desalentador.

Si te gusta la idea de pasar tiempo con una escort porque te permite probar cosas nuevas, el bondage puede ser algo que se te haya pasado por la cabeza. Así que quieres explorar el mundo del bondage con una escort, pero ¿cómo se lo comunicas y por dónde empiezas? Deja que te expliquemos las reglas de oro de la esclavitud con una escort de alto standing.

Infórmate sobre las reglas de la esclavitud

Antes de lanzarte a experimentar con el bondage, familiarízate con los muchos términos y herramientas asociados a él. De este modo, cuando llegue el momento de probarlo, podrás comunicarte con tu acompañante y hacerle saber qué equipamiento te hace ilusión incluir en tus encuentros. Por ejemplo, a los principiantes les puede gustar utilizar una paleta de cuero, un látigo, unas esposas y una mordaza de bola, antes de pasar a barras separadoras y ataduras más elaboradas y aventureras.

Comunícate con tu compañero

Una vez que conozcas un poco las reglas del bondage, comunica tus deseos a tu compañero. De este modo, puede entender qué es lo que te excita de las actividades bondage y asegurarse de que el encuentro se adapta a ti y a tus niveles de comodidad. Es una forma estupenda de decidir quién será el dominante y quién el sumiso. Establece una palabra segura que cualquiera de los dos pueda utilizar si empiezas a sentirte incómodo. Esto establece unos límites claros antes de empezar.

Empieza por los sentidos

El mundo del bondage puede parecer estricto y severo para un recién llegado, pero hay muchas formas excitantes y emocionantes de facilitarte el camino. Una de estas formas podría ser simplemente llevar una venda en los ojos. Para muchos, llevar una venda en los ojos es su primera incursión en la escena bondage. La venda da el control a tu compañero, y el que la lleva se vuelve sumiso por defecto. Una venda en los ojos tiene muchas ventajas: una es que te hace sentir un poco menos cohibido si es tu primera vez; la otra es que, al embotar uno de tus sentidos, agudiza automáticamente los demás.

Diviértete con ello

Sí, el bondage es sexy y travieso, pero no pretende ser serio. Como cualquier otra actividad sexual, acércate a ella con diversión y humor, y descubrirás que disfrutas experimentando con las muchas herramientas que se te ofrecen.

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